Portazos de día y Davis de noche | JRamallo

Publicado: 28 junio, 2011 en Relatos

¡Oh Dios mío!, oh Dios mío a través de las paredes del edificio. Dios mío por favor, por favor, déjame en paz, márchate.

A mi alrededor Miles Davis suena alto, muy alto, y la trompeta, y la batería, golpean con fuerza mis oídos, mi cerebro.

– ¡Oh Dios, te lo pido! Vete, vete de aquí, ¡jodeeeerrrrr!

En la pantalla del ordenador una biografía de Norman Mailer. Toda su vida en pocas líneas, toda su literatura en pocas letras, sus guerras, su aburrida mierda en tres párrafos. Ochenta y cuatro años de página y media, Mailer, tipo duro. Me dan ganas de reír, pero oigo los gritos que llegan del piso de abajo y entonces cambio de opinión; ahora tengo ganas de reír y de llorar; las dos cosas al mismo tiempo, las dos cosas la misma cosa.

– Que no, te digo que no, lárgate hijo de puta, cabrón, me estás matando, has arruinado mi vida, eres el demonio, el demonio, ¡tengo al demonio en mi casa, señor, Dios mío, lo tengo metido en mi casa, en mi propia casa!

La trompeta no para, se clava dentro junto con los portazos, los golpes, es perfecto, es casi perfecto pero es de día y el sol entra por las ventanas, por eso falla, porque no está ocurriendo de noche, porque la oscuridad necesaria no está presente. El sol me hace sentir útil, mejorable, pero es un bienestar estúpido. ¿Por qué debo resultar útil, capaz? El sol me hace encontrar respuestas a estas preguntas, por eso no me gusta el sol, porque me hace vulnerable. La noche no te hace crecer, superar, la noche sólo es noche y deja que seas como quieras ser, como eres, como siempre fuiste. La noche no te pide sinceridad porque sabe que vas a ser siempre sincero. En ella puedes matar y alejarte después; sin preguntas, sin recuerdos; por eso me gusta la noche, porque sólo me da.

Voy a la cocina a cortar limón y preparo otro ron. El hielo en el vaso ruido de campanillas. Por el patio interior suben más gritos, quejas, miseria. La mujer habla y el hombre calla. Después la mujer callará y el hombre pegará: el fuerte sobre el débil y la cadena alimenticia imponiendo su orden. Las cosas no han cambiado tanto, no. Las cosas nunca cambian tanto, sólo a veces un poco.

Regreso al ordenador y ahora la trompeta se mete hasta mi estómago junto con el limón y el ron. Buen momento. Sí, buen momento, repite la voz dentro de mí. Me pongo gafas de sol y mis dedos buscan en las teclas las palabras justas para un relato, microrrelato, o como decida llamarlo cualquiera, me da igual, aquí el tamaño no importa. Muevo el vaso y veo una marca redonda debajo, una mancha sobre el cristal del escritorio. Paso la mano y la borro. Después paso la mano sobre mi cara y dejo ahí la mancha, mi piel con olor a alcohol y cítrico. Lávate las manos, lávate la cara, los dientes, decía mi padre cuando era pequeño. Ahora mi padre está muerto, mi cara sucia y Davis no suena igual de día que de noche.

Los portazos han cesado y por el patio interior sólo se oye  una gata llorar. Quedan cuatro horas para que se haga de noche. Cuatro horas, cuatro

Si supiera cómo se escribe un cuento lo escribiría, pero me temo que no lo sé. Poe se murió; Wilde se murió; Melville se murió y yo no sé cómo se fabrica un escribiente.

Yo sé preparar un ron con limón. Sé que esa trompeta que suena remueve mis tripas. Que el silencio tras los portazos no es silencio, sólo espera. Y que el día me sirve para llegar a la noche. Por eso debería dejar de escribir. Por eso dejo de escribir.

*

JRamallo (Santa Cruz de Tenerife, 1976). Autor de Ensalada de canónigos, Ediciones Idea, colección Tid, septiembre 2009. Conjunto formado por dieciséis relatos: El vidente hambriento, Perros sueltos, Medio gramo, Pescado fresco… familia, ciudad, metaliteratura y canónigos. Estilo directo con poco maquillaje. Arrugas a la vista.

Mi primer relato editado fue El Blefaroplástico (Fricciones; 2007, Tenerife), formando parte de una compilación de textos de jóvenes escritores canarios. Desde julio del 2008 escribo en el periódico Canarias7.es después de ser seleccionado en un concurso autonómico para escribir un blog: Ofelia, blog de una perra desparasitada. Espacio donde me limito a traducir lo que Ofelia me cuenta, su forma de ver la vida a ras de suelo.

Durante año y medio (2007-2009) escribí una columna de opinión (El Extranjero) en el periódico La Opinión de Tenerife (Grupo Prensa Ibérica). Las revistas especializadas en cuento Al otro lado del espejo (Madrid) y La mancha literaria (Madrid), seleccionaron los relatos «Líneas verdes» y «Duerme mi amor duerme», de Ensalada de canónigos, para sus números 25 y 1, respectivamente. También he colaborado con microrrelato en las revistas La Tapa (Tenerife) y en La esfera cultural (Tenerife).

Zoo punto cero: Fundador, coordinador y miembro activo de este grupo multidisciplinar (fotografía, escritura, música, cine).

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